"... yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá" .

(Jeremías 33:20)


LA CRISIS DE LA EXPERIENCIA AMERCIANA


Es característica del hombre, sin los frenos del Espíritu, corromper lo que toca. Un economista norteamericano – contemporáneo de Carlos Marx, Adam Smith y Ricardo - describió con elocuencia la “experiencia americana”:

“El objetivo final de todo esfuerzo humano, es la producción de ese ser que sabemos que es el hombre, capaz de las mas altas aspiraciones”

Se llamaba Henry Charles Carey y los economistas ingleses Adam Smith y Ricardo y su economía sin ética lo ponían furioso. Curiosamente era el único economista de su época que Marx respetaba. Lo que Carey describió en la cita es lo que veía ante sí en los comienzos de la “experiencia americana”, cosa que cualquiera que se asome a su historia sin prejuicios podrá comprobar. Sin embargo ahora se vive allí una debacle económica fruto de la codicia mas crasa, cosa que hubiera escandalizado no solo a Henry Charles Carey sino a todos los prohombres norteamericanos. Es que en esta y muchas otras cosas importantes como esta, los EE.UU. se han movido hacia el extremo opuesto de sus orígenes.

Los valores judeocristianos que fueron columna vertebral de la gran nación americana cayeron en descrédito. El feminismo radical, los “derechos homosexuales”, el aborto libre, la permisividad sexual nacieron allí – principalmente en la usina de Hollywood y California - y contaminaron el mundo. Todos ellos socavan y atentan contra la moral judeocristiana a pesar de que quienes fundaron aquella nación lo hicieron con la Biblia en la mano. La avaricia de Wall Street y de los bancos es solo una de los carismas antibíblicos que corroen las vigas maestras de aquella “experiencia” única en la historia de las naciones. Y así, los que nacieron con brazos alzados adorando a YaHVéH han reproducido los antivalores del reino apóstata de Jeroboam II. Y Oseas – boca de YaHVéH - definía así la actitud de aquellos israelitas rebeldes ante Su Palabra:

"Le escribí las grandezas de mi ley,
y fueron tenidas por cosa extraña"
Oseas 8:12

Hoy a la Palabra de Dios se le da la espalda en amplios sectores de la población norteamericana. Aunque, naturalmente, no en todos. Hay un resto que resiste, pero parecen ser los “malos de la película”. Es que los valores bíblicos son vistos como un “obstáculo” al progreso, a pesar de que fue cuando ellos eran bien vistos que los EE.UU. alcanzaron el primer lugar entre las naciones.

Hay otra amonestación de YaHVéH por boca de Oseas para los días de Jeroboam II que tiene vigencia hoy:

"También os detuve la lluvia
tres meses antes de la siega;
e hice llover sobre una ciudad,
y sobre otra ciudad no hice llover;
sobre una parte llovió, y la parte sobre
la cual no llovió, se secó.
...con todo, no os volvisteis a mí,
dice YaHVéH".
Amós 4:7-9

Esto es, YaHVéH afirma que alteró el ciclo climático de una sociedad rebelde para llamearles la atención, pero que no hubo ninguna reacción. Y se dice más en Amós 9:6:

"...él llama las aguas del mar,
y sobre la faz de la tierra las derrama;
YaHVéH es su nombre".

¿No es esto algo parecido a lo que viene sucediendo en EE.UU. y amenaza al mundo todo?: invasiones del mar, lluvias torrenciales, inundaciones y sequías cuyos frutos desoladores son - entre otros - cosechas arruinadas. ¿Emergencia climática? Si, la que sufría el reino de Jeroboam II por su rebeldía, pero a escala global.


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No hay cura para los EE.UU. de hoy, y por lo tanto no la hay para el mundo que de el depende estrechamente. Veremos por lo menos dos macro tragedias mas – una política y otra natural - además de la debacle financiera, que hundirán definitivamente a la que fue la maravillosa y sorprendente “experiencia americana”. Los EE.UU. “dejarán de ser” así como el reino apóstata israelita desapareció de pronto en el año 722 A.C. a pesar de la prodigiosa comodidad y prosperidad que disfrutaba. Nos tocará ver y vivir los días mas amargos y trágicos de la historia. Los EE.UU. son gran parte de la descendencia de Israel que se desplazo a “las costas”, “las islas” y “los extremos de la tierra” cruzando el océano. Pero ahora son la Gran Ramera que desaparecerá en un solo día:

“¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia,
aquella fuerte ciudad;
porque en una hora vino tu juicio!
Y los mercaderes de la tierra lloran
y se lamentan sobre ella,
porque ninguno compra más
sus mercaderías".
Apocalipsis 18:10-11

Los patricios de este Gran Bazar del mundo que hoy cruje porque “la ambición rompe el saco”, en una “Gran Babilonia” llena de permisividad que no honra a aquellos que hasta sus costas llegaron abrazando la fe y la convirtieron en un testimonio mundial de la fe cristiana.

Como dijimos, la palabra profética llama a los territorios que se convirtieron en centro de la cristiandad: “costas”, “islas” y “lo postrero de la tierra”, visto todo desde Sión. Así por ejemplo se dice:

"De lo postrero de la tierra oímos cánticos:
Gloria al justo".
Isaías 24:16

Pero también se profetiza que habrá un momento de gran agitación de los creyentes y adoradores que allí vivirían al final de los días:

"Las costas vieron, y tuvieron temor;
los confines de la tierra se espantaron;
se congregaron, y vinieron"
(Isaías 41:5)

Es que cuando los cristianos fieles – el remanente salvo de Israel – sean convocados a volver a Sión de una manera portentosa, estarán “espantados”, en angustia extrema, esto es, en la “angustia de Jacob”. Pero serán salvos del fuego como los amigos de Daniel del horno “siete veces” avivado a que los condenó Nabucodonosor.

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