"... yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá" .

(Jeremías 33:20)


"de oídas te había oído, mas ahora mis ojos te ven"


El apóstol Pablo le escribe a Timoteo, su pupilo:

"Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo".
(2 Timoteo 2:3)

¿Cuanto hace que un pastor no le hace esta recomendación a un miembro de su iglesia?. Pienso que durante la década de los '90 - o en los telecultos - no lo he escuchado ninguna vez. Y el apóstol Pedro también escribe a la iglesia en sus epístolas universales:

"Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría".
1 Pedro 4:12-13

y también 1 Pedro 1:7:

"para que sometida a prueba vuestra fe,
mucho más preciosa que el oro,
el cual aunque perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra
cuando sea manifestado Jesucristo".


Cuánto hace que no se escucha en las consejerías: - "no te sorprendas de que las cosas - aparentemente - te vayan tan, pero tan, mal: alégrate porque de este modo te estás uniendo a Cristo en sus padecimientos". O sino: "tu fe tiene que ser puesta a prueba, tiene que pasar por fuego, como el oro para ser purificado, de lo contrario ella no puede ser limpia de impurezas. De modo que ya sabes...".

Definitivamente los apóstoles tenían ideas "raras" sobre la fe según el perfil de los padrones de esta época. Por ejemplo:

"Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas" (2 corintios 2:17-18).

Es decir: - "esto que te esta pasando y que parece no acabar nunca es una 'leve tribulación momentánea', no te fijes en las circunstancias de aquí: cuando llegues a las moradas eternas vas a encontrar allí un gran capital acumulado a tu favor debido a los padecimientos que estás sufriendo ahora. Mas bien alégrate..."

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El libro de Job nos cuenta una historia poco ortodoxa para los padrones actuales. Habla de un hombre justo en todo: oraba a Dios con regularidad, intercedía por sus hijos, tenia una alta respetabilidad como consejero en el pueblo, y - esto si gustaría hoy - había sido prosperado extraordinariamente por Jehová. Entonces el Diablo "que venia de recorrer la tierra" se presento ante Dios/Elohim - nunca entenderé completamente esta visita del Enemigo al trono del Altísimo, pero sigo - y le dice:


"Job te sirve porque lo has colmado de bienes,
pero si se los sacas te va a maldecir"
(traducción libre
).


Finalmente Dios/Elohim le permite al Enemigo quitarle todo a Job, menos la vida. Y Job pierde de un tirón: hijos, posesiones, salud, respetabilidad, y hasta su esposa le rogó: "pide a Dios para morir". Finalmente llegaron a visitarlo cuatro amigos entendidos en las escrituras que dijeron muchas verdades escriturales, pero que sin embargo tenían poco o nada que ver con la situación por la que Job estaba pasando. Finalmente Job clama:


¡Oh Dios, si yo pudiera hablar contigo
te preguntaría
que me esta pasando"
(traducción libre)


Al final, luego de hablar con Job y mostrarle su magnificencia, Dios/Elohim le devuelve todo: hijos, posiciones, familia respetabilidad y gozo: todo. Y Job exclama:


"De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven".
(Job 42:5)



¿Da la impresión de que Job se alegra de haber pasado por la prueba, no? Y es que cuando vivimos en Su Presencia a veces Él permite que seamos probados para que nuestros ojos se abran a una visión mas completa de Su Poder y Misericordia que está muy por encima de las empedernidas maquinaciones del enemigo de nuestras almas.


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